4 mujeres que se atrevieron a vivir grandes momentos

Hoy conocimos la historia de 4 mujeres que apostaron por sus sueños sin importar los retos. Conversamos con Fernanda Kanno, periodista y piloto del Dakar; Inés Melchor, atleta; Deborah Gautier, peleadora de Jiu-Jitsu brasileño y Dalila Salinas, ingeniera de minas. ¡Conócelas!

Foto: Archivo Fernanda Kanno

Ha cruzado tres países en auto para cumplir sus sueños. Fernanda Kanno trajo su camioneta de competencia desde Argentina hasta Perú después de correr su primer Dakar. Y no solo fue la primera mujer peruana en correr y terminar una de las carreras más peligrosas del mundo sino que se atrevió a apostar por lo que siempre quiso.

“Desde chiquita soñaba con manejar una cuatro por cuatro y de grande me encantaba ver el Dakar con mi papá. Fue entonces que empecé a investigar más sobre las carreras. Hasta que descubrí que en el Dakar, la mitad de los corredores no son corredores sino soñadores y me dije: voy a correr”, cuenta.

“Sentí miedo de que algo saliera mal, de romper algo y tener que abandonar la carrera pero yo tengo una frase para estos momentos: hazlo y si te da miedo hazlo con miedo. Ahora solo sé que voy a correr todo el tiempo que la vida me permita.”, agrega.

En su camino por convertirse en lo que ella siempre soñó no han faltado quienes la descalificaron pero eso no le ha importado. “En las redes sociales escribían cosas como ¿para qué corres si no vas a ganar el Dakar? o ¡vete a la cocina! No entiendo por qué vivimos así. Si la gente fuera más feliz se preocuparía menos por lo que hace el otro”, dice.

Esto es algo que ella busca cambiar poco a poco desde su labor periodística. “Yo quiero pelear porque dejen de vernos como chicas y nos empiecen a ver como personas. No importa si eres hombre o mujer, importa qué clase de persona eres o qué clase de persona quieres ser”, finaliza.

Foto: Agencia Digital Liquid

Desde pequeña mostraba todas las condiciones atléticas que se necesitan para triunfar: jugaba al fútbol y tenía una excelente resistencia. Inés Melchor aún no imaginaba que se convertiría en multi campeona sudamericana y panamericana de atletismo.

“Desde muy chiquita tengo una costumbre: no duermo hasta que no termino lo que tengo que hacer”, nos dice. Fue su tenacidad y perseverancia lo que la llevó a conseguir sus propios logros. A sus 12 años ya era campeona nacional en la categoría infantil y durante su etapa universitaria dividía su tiempo entre los estudios de abogacía y su preparación como atleta.

“Hacía los entrenamientos más suaves durante los días de semana y subía cuestas difíciles los fines de semana”, nos cuenta. Su esfuerzo la llevó a competir su primera maratón en el 2012. “La primera vez que corrí una maratón tuve miedo de no lograrlo pero cuando estaba cada vez más cerca sentía que no debía rendirme. Tenía que llegar sí o sí”, asegura. Y sí que lo logró más de una vez.

Foto: Agencia Digital Liquid

Está próxima a convertirse en la primera mujer cinturón negro del Perú, el más alto en el arte del Jiu-Jitsu brasileño. Deborah Gautier se cruzó con este deporte hace más de 10 años para convertirlo en su vida. Ella nos habla sobre la importancia de nunca rendirse.

“Hay que tener los motivos claros (para ganar) porque en los momentos más difíciles los necesitas para seguir guerreando. Tienes que aprender a levantarte y volver a la batalla. El ganar o perder no es por siempre. En esto, mi máximo soporte y motor son mis hijos y mi padre que ya falleció”, dice.

“Cuando fui campeona mundial hice una videollamada con mi hija Kira desde Brasil. Recuerdo perfectamente su carita cuando le mostré el cinturón a través de la cámara. Ella corrió por toda la casa con el celular en la mano para contarle a su hermano (Drago) que yo había ganado”, agrega.

Hoy Kira (12) y Drago (9) son dos apasionados del deporte. Kira ayuda a su mamá con las clases de Jiu-Jitsu brasileño para niños y el más pequeño destaca en todas las disciplinas deportivas del colegio. Para Deborah hay una sola fórmula para el éxito: creer en lo que haces y hacerlo con constancia y pasión.

Dalila Salinas a la izquierda. Foto: archivo

Dalila divide sus funciones entre el trabajo en la mina, en Chincha y su vida en la capital para estar junto a su hija de 4 años, Sofía. Ambas funciones las ha cumplido con perseverancia y mucha tenacidad, sin importar las barreras del camino.

“Llevaba 7 años trabajando en la mina cuando me embaracé. Dejé todo y me dediqué únicamente a mi hija hasta que cumplió dos años. Luego regresé a trabajar. Recuerdo que empecé de cero, primero me capacité y fui ascendiendo de junior a senior. Todo esto me tomó 3 años”, nos cuenta. Y ella siempre se sintió capaz de lograr muchas cosas más. “Mi objetivo es ser un ejemplo para mi hija y transmitirle un mensaje: luchar siempre por sus sueños”, asegura.

Así como ellas, tú también puedes atreverte a vivir grandes momentos. ¡Escribe tu propia historia!